<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d7165177\x26blogName\x3dSalaBecarios\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://salabecarios.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://salabecarios.blogspot.com/\x26vt\x3d-7194557483853881012', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Viaje a la India. Parte II: Delhi (Puerta de la India, templo hindú, templo sikh)

Anotado por Nachete

 

El viaje por la India fue un circuito contratado con una empresa desde Valencia. Pensábamos que iríamos en un autobús con un grupo de europeos, pero no fue así. Al salir del hotel nos encontramos un Toyota grande, con un chófer y una guía, exclusivamente para mi mujer y yo.

Aunque las calles son anchas, de tres o cuatro carriles en ambos sentidos, el tráfico en Delhi es un caos; si creíamos que el de Bangalore era malo, a cada ciudad que fuimos posteriormente, la cosa empeoró (quizás el hecho de que los coches y motos tienen que compartir la calle con elefantes y camellos tenga algo que ver). Delhi es una ciudad inmensa, llena de gente, de ciclomotores y de coches pequeños y ruidosos. La forma más común y barata de taxi es el tuc-tuc, un triciclo motorizado de colores verde y amarillo muy característicos. Es una ciudad muy contaminada, algo que se notaba claramente desde la ventana del hotel: una nube de contaminación flota sobre la ciudad, como si fuera niebla, pero sin serlo. Al cabo del día lo notábamos, con irritación en los ojos y hollín en la nariz.

  taxi

Comenzamos el circuito en la Puerta de la India, un monumento muy similar al arco de triunfo, que creo que tiene también su misma simbología. Está enclavado en unos espaciosos jardines, a modo de campos elíseos, que acaban en el palacio presidencial de la India, donde vive la presidenta de la República India. La India es en realidad una república federal (yo no lo sabía), con un Presidente y un Primer Ministro, y está dividida en Federaciones o Estados.

  palacio presidencial

La siguiente visita fue a un templo hindú. Es un edificio de una arquitectura característica, formando espacios o salas, y en cada una hay un altar de un dios hindú. Según nos contó la guía, la religión hindú tiene tres dioses principales: Brahma (el preservador), Vishnú (el creador) y Shiva (el destructor). Shiva se representa como un hombre desnudo con una serpiente al cuello. Estos tres dioses tienen mujeres, que también son diosas, y estos tres dioses también se pueden reencarnar, y cada reencarnación es un dios distinto, concluyendo en resumen que la religión hindú tiene muchos dioses. En el templo había altares con estatuas, pero también había grabados en las paredes, representando a otros tantos dioses. Vimos las estatuas de Vishnú, el creador; de Lakshmi, diosa del dinero y la riqueza; de Durga, diosa de la guerra (y novia de Shiva), sentada encima de un tigre y con ocho brazos, cada uno sosteniendo un arma distinta; de Krishna, que es el dios guapetón del amor y de las muchas novias, y su altar está en una sala de espejos (muy apropiado), y además es una reencarnación de Vishnú; de Shiva, en una sala especialmente grande, quien va montado en un toro, y a quien hay que rezar todos los lunes; de Hanuman, el dios mono, que debe ser el patrón de los conductores porque todos los coches tienen una estampita suya; y de Ganesha, el dios con cara de elefante que se muestra sentado sobre una rata, que es el dios de la prosperidad y la buena suerte.

  templo hindú

Todo eso vimos, y por desgracia estaba prohibido sacar fotos (aparte de que tienes que ir descalzo pisando el frío mármol), así que las únicas que tengo son del exterior del templo.

Nuestra siguiente visita nos llevaría a un templo sikh. Allí sí que pudimos hacer fotos, y allí también nos tuvimos que descalzar, y además quitarnos los calcetines, y cubrirnos el pelo con un pañuelo. La religión sikh estuvo al parecer perseguida y repudiada hasta hace un tiempo. Según nuestra guía, hoy en día muchos de los devotos de esta religión son comerciantes, y todos ellos han de destinar una pequeña parte de sus ganancias al mantenimiento del templo y de un comedor solidario que hay en la parte de atrás, en donde se da de comer todos los días a todo aquel que quiera. También según nuestra guía, en la religión sikh todos los hombres y mujeres son iguales, a diferencia de la religión hindú, donde imperaba un sistema de castas que aún hoy en día continúa profundamente arraigado. Las castas se estructuraban desde la más alta, la de los sacerdotes, hasta la más baja, la de los parias, y dentro de estos la subcasta de los intocables, que tenían reservados los trabajos más sucios y desagradables, y debían evitar todo contacto (hasta visual) con todos los que no fueran otros intocables. Volviendo a los sikh, nos contó que son vegetarianos extremos, y que no se pueden cortar el pelo, y por eso los hombres llevan turbante, porque debajo llevan el pelo enrollado.

  templo sikh templo sikh templo sikh - comedor solidario

El templo es espacioso, con todo el suelo cubierto de alfombras. En el centro hay un altar con el libro sagrado, y en un lateral tres personas entonan cánticos todo el tiempo. En la parte de detrás está el comedor, en un espacio diáfano cubierto de alfombras, bajo las escaleras, pegado a lo que sería la cocina. Y cuando ya creía que había visto el templo entero, a un lateral se abren unas escaleras que llevan a un estanque inmenso, donde la gente hace sus abluciones diarias.

templo sikh

 

Y así fue la visita a un templo sikh. En la siguiente entrega, una crónica de más lugares que vimos en Delhi, como un paseo por el mercado, y una visita a dos mezquitas: la más grande de la India y la más antigua. En mi página de flickr he puesto más fotos de las que hay aquí, por si queréis echar un vistazo.

 

Technorati tags: ,

4 Comments:

29/2/08 20:07: Blogger Unknown said...  

Y a mi que me dan miedo todas estas cosas.... Siempre he pensado que si me voy a alguno de esos paises acabaré secuestrado o algo así... XDD

A ver si un día de estos tengo pasta y me decido a seguir tus pasos! Que pareces Don Pimpón!

3/3/08 13:29: Blogger Nachete said...  

Muchas gracias, no voy a negar que yo también me fui allí con un tanto de miedo... La verdad es que si no nos hubieran invitado a la boda no habríamos ido.


Cuando quieras información y recomendaciones, aquí tienes a Don Pimpón para ayudarte a preparar tu viaje :)

5/3/08 14:47: Blogger Emilio said...  

Muy interesante, Nacho. Me gusta saber costumbres de otros países de "primera" mano. Si no fuera tan vag..., eh, tuviera que escribir la tesis, haría algo parecido con China.

Me ha resultado curioso lo de los dioses (por cierto, entonces los del Hare Krishna ¿son hindus?) y lo del pelo de los sith :) ¿Sabes por qué no se lo pueden cortar? ¿Para no caer en el reverso luminoso de la fuerza?

6/3/08 14:44: Blogger Nachete said...  

Emilio, si has estado en China, ya estás tardando en poner fotos o algo. Desconecta un poco de tu innata vaganc... digooo, de tu innata capacidad para el trabajo y la concentración, y publica una crónica en el blog, hombre.

Sobre los sikh, pues no sé porque llevan el pelo largo, sólo sé lo que nos explicaba la guía.

Publicar un comentario

<< Home

Viaje a la India. Parte I: boda en Bangalore

Anotado por Nachete

 

Esta es mi amiga América, que actualmente trabaja en Estados Unidos para el Banco Mundial. Ella y su novio Shamir decidieron casarse, y quisieron celebrarlo en el lugar de origen de Shamir: Bangalore, India.

Y nos invitaron a su boda. Y allá que fuimos.

Bangalore está situada en el Sur de la India. Es un importante centro de desarrollo tecnológico (aunque de verdad que no lo parece). Cuando llegas te encuentras lo típico que te puedes esperar: es una ciudad grande, llena de gente, que parece que no tenga un centro definido, con calles anchas en las que nadie hace caso de los carriles ni la preferencia, y el tráfico es un caos, principalmente de pequeños vehículos a motor. Como consecuencia es una ciudad muy ruidosa, pues todos los conductores avanzan a golpe de claxon. Aún así, Bangalore estaba mejor cuidada que las siguientes ciudades que visitamos en el viaje.

  bangalore

La boda era una ceremonia hindú, aunque una versión abreviada, pues al parecer las bodas hindúes duran días enteros, y en esta “sólo” duró la ceremonia unas tres horas (con una pausa para comer incluida). Se celebraba en el hotel Taj West End de Bangalore, un lujoso hotel rodeado de jardines, en un salón amplio que contaba con un palco de sillas y un altar cuadrangular, adornado con flores.

  IMGP3190

 

La ceremonia transcurrió más o menos como sigue:

Primero, los novios se sentaban fuera del altar en una especia de ritual de bienvenida y aceptación por parte de las respectivas familias. Por parte de América participaban sus padres, y por parte de Shamir su madre y hermanas. Este ritual consistía principalmente en que el sacerdote entonaba cánticos todo el rato, y los familiares echaban arroz a los novios en la cabeza.

Después los novios se han levantado y se han retirado cada uno a una habitación. Entonces en la parte de atrás del salón han servido la comida, de buffet.

Después de comer, los novios vuelven al salón, con ropa distinta, y suben al altar. Entonces el sacerdote va entonando cánticos todo el rato y diciéndoles lo que tienen que hacer. La hermana de Shamir se encargaba de hacer la traducción al inglés, para que la novia y su familia se enteraran de lo que iba diciéndoles el sacerdote.

En varios momentos durante la ceremonia tanto el sacerdote, como los padres de América, como la madre de Shamir, han dejado caer arroz sobre las cabezas de los novios. En una ocasión los novios se han puesto en pie y los han atado con una cuerda, desatándolos después.

En otro momento, los novios y el padre de América tenían que sostener un cuenco y la madre de América lo llenaba de leche, y luego echaban flores dentro.

Luego ha llegado el que creemos que era el punto clave de la boda, aunque, como ya digo, no nos enterábamos de nada. Han puesto a América y Shamir en pie, uno frente al otro, separados por un velo extendido a la altura de la nariz. Tras entonar el sacerdote unos cánticos, han bajado el velo, y Shamir le ha puesto a América un collar de flores. Luego le ha llegado el turno a América de hacer lo mismo, pero en ese momento unos cabroncetes amigos de Shamir lo han levantado a hombros y la pobre América ha tenido que encestar el collar de flores en la cabeza de su novio (afortunadamente lo consiguió).

  IMGP3292

Más tarde, otro ritual ha consistido en que han traído un brasero y unas maderas y han hecho una hoguera, donde han echado flores y más cosas, como arroz y un plátano. Shamir ha cogido el humo con sus manos y lo ha aspirado hasta en cuatro ocasiones.

  IMGP3396

 

Otro de los rituales que parecía importante ha sido cuando los novios se han levantado y han dado siete vueltas en círculo en el altar, cogidos de la mano. Parece que cada una de las siete vueltas era para conseguir un propósito específico.

Acabando ya, han traído un recipiente con agua y pétalos de rosa, y han lanzado dentro un anillo. Los novios tenían que competir a ver quien encontraba antes el anillo. Al parecer el que lo encontraba primero dominaría en el matrimonio. Creo que lo encontró Shamir.

  looking for the ring

 

Por último, las mujeres casadas han podido subir al altar a bendecir a los novios. Esta bendición consiste en que primero les pasan una vela encendida por delante de la cara, y luego les echan arroz en la cabeza.

Acabada la ceremonia, los novios, ya marido y mujer, han bajado del altar y uno por uno se han agachado ante todos sus familiares, tocándoles los pies, recibiendo como bendición unas palmadas en la cabeza.

Y así fue más o menos la ceremonia, dejándome muchos detalles y muchas otras cosas por contar. Después hubo una cena buffet (a las 19:30 horas), y luego al apartamento. Al día siguiente fuimos pronto al aeropuerto, con el objetivo de recuperar nuestra maleta, que aún no había llegado desde París (gracias, Air France), y luego partimos hacia Delhi para comenzar un circuito que nos llevaría seis días por increíbles lugares de Delhi, Jaipur y Agra, finalizando en el Taj Mahal y luego de vuelta a Delhi a coger un avión que nos trajo de vuelta a la añorada Europa. La crónica de este viaje, en próximas entregas de este blog.  

 

Technorati tags: , ,

Entradas anteriores:


  • Viaje a la India. Parte IV: Samode, Fort Amber y J...
  • Sobre la película de las Crónicas de Narnia
  • Viaje a la India. Parte III: Delhi (Mercado, mezqu...
  • Yo no entiendo de política pero...
  • Por qué no votaré mañana
  • La política y el fútbol
  • Viaje a la India. Parte II: Delhi (Puerta de la In...
  • Viaje a la India. Parte I: boda en Bangalore
  • Libros leídos en 2007: misión 50 libros fallida
  • Pero que os creeis españolitos